Piensas en cada paso, cada caída, cada levantar, cada mañana donde no puede más, nada más empezar… todos los días igual, y ni una palabra…
Porque sientes, como poco a poco es la inyección que necesitabas, de silencio, y voces que te gritan en tu cabeza. No es más que tonterías, apenas piensas, actúas, tus músculos reaccionan y queman ATP de donde ya no sabes. Y es la energía, esa que si no es por ti no llegarías. No hay manos, no hay aliento, no hay ánimos…
Nadie.
Solos tú, y tu lucha. Sólo yo y mi guerra contra mi conciencia. Es la realidad. Sin levantar no hay humanidad, sin humanidad todo sería una bonita realidad, mientras todo queda atrás.
Aún ya no queden oportunidades… uno, ha de levantarse.