"¡Cambiar al mundo!".
Es el grito animoso de nuestra generación.
Pero el gran secreto es que debido a que todos estamos conectados,
nada cambia afuera
sino hasta que el interior cambia.
Trabajar en corregir nuestros errores personales
es lo que conduce al cambio global.
Asimilemos esta paradoja:
entre más quieres cambiar al mundo,
más tienes que cambiar tú mismo.
Hoy,
enfócate en una cosa pequeña que puedes mejorar de ti mismo
o al menos comienza a trabajar en ello
Yehuda Berg