Para bailar con nosotras no necesitas unos pies, no
necesitas música, ni siquiera ser bailarín o
bailarina. Ser un cáliz simplemente necesitas.
Uno en el que te contengas y así al derramarnos
te hallamos a ti y a todos los demás.
Nosotras somos el espacio que ocupan los
sentimientos como: amor, paciencia, alegría,
tolerancia, curiosidad, compasión y entereza.
Siempre sois nuestra compañía y si cerrarais el
ojo de la razón y escucharais nuestro silencio… la
danza empezaría con vosotros y luego con los
demás.