YO SÍ TE VEO..
La casa comenzó a incendiarse, el chico estaba solo, ambos padres habían salido a trabajar. El chico subió al techo dado que el fuego había comenzado en la cocina….
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Los vecinos llamaron a los bomberos y le avisaron a la fábrica del padre que estaba a pocas cuadras… el humo aumentaba y también la desesperación el padre llegó corriendo y le gritaba a su hijo:
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“Tiráte que yo te sostengo…”…¡¡ “no, no, no me puedo tirar porque no te veo, no sé donde estás…!!… ”
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¡¡Tiráte – insistió el padre – porque yo sí te veo y sé donde vas a caer para sostenerte…!!
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El hijo le dijo: - Pero yo no te veo.
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El Padre contestó. - Sabes cómo lo debes de hacer, cierra los ojos y lánzate!
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El niño dijo: - Papi no te veo, pero allá voy!
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Y cuando el niño se lanzó abajo, lo rescataron.
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Entonces el Padre lo abraza, llora con el hijo, juntos pero muy contentos.
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Cuántas veces en nuestras vidas atravesamos por momentos de “Incendio”, proyectos personales o familiares inconclusos, cuántas veces sentimos que aquello sobre lo que habíamos fundado nuestras expectativas se comienzan a desvanecer y nada de lo que hacemos lo puede sostener….y en esos momentos cuando no vemos hacia donde caminamos, cuando no sabemos que decisiones tomar.
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“Dios nos dice: Tranquilo/a que yo te veo…” y es maravilloso sabernos vigilados/as, con la mira comprometida de nuestro Dios, que no es mirada observadora sino sustentadora, mirada que nos recuerda y re-crea la esencia de cada una de nuestras existencias: ser hijos e hijas de Dios concebidos en Su Amor.
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Que la certeza del Espíritu de Dios habitando en medio nuestro nos de la confianza de seguir caminando, aún cuando no veamos el camino, por la simple seguridad: “TRANQUILO, YO SÍ TE VEO…”
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