¿Padres viejos y achacosos?
¿Se han convertido en una intromisión
en tu apretada agenda?
Hoy te desesperas porque tus padres están
viejos y achacosos. Se han convertido en una
intromisión en tu apretada agenda, en una
vergüenza cuando estás con tus amigos.
Comprende. Ahora tus padres están viejos.
Es tu oportunidad de reflexionar y crecer en el
amor. Dios los ha puesto en tus manos para que
aprendas a amar. El problema no son ellos.
Eres tu que has olvidado de lo que es amar.
Se te ha endurecido el corazón y ahora
es el momento de recapacitar. Ahora Dios te llama
al amor para con ellos. El amor todo lo vence.
Si ellos derraman su comida sobre su ropa, si les
cuesta atarse los zapatos. Así fuiste tu y ellos te amaron.
Si les cuesta hablar y repiten lo mismo.
Así fuiste tu y ellos te amaron.
Si tienen sus manías y sus achaques. Recuerda,
así fuiste tu y te amaron.
Si te parecen inútiles y si no comprenden las nuevas
tecnologías. Recuerda así fuiste tu y ellos te amaron.
Si caminan muy despacio y sacarlos a pasear requiere de
tu paciencia. Recuerda, así fuiste tu y ellos te amaron.
Si se hacen las necesidades en la cama. Recuerda así
fuiste tu y te amaron.
Si te gritan y se incomodan sin razón, recuerda los
lloriqueos que ellos soportaron de ti. Todo por amor.
Si te dicen que no quieren vivir. Comprende. Solo te
están demostrando su dolor y frustración porque
sienten ser una molestia en tu vida. Es tu oportunidad
para demostrarles con tu amor que ellos son mas bien
un don porque los amas. Ellos te están enseñando a
amar.
Recuerda, no hace mucho fuiste pequeño y ellos
estuvieron a tu lado. Las mismas cosas de que te
quejas las hiciste tu y ellos lo comprendieron todo.
¿sabes por qué? porque te amaron.
La misión de tus padres contigo no ha terminado.
Dios se sirvió de ellos para darte vida y formarte en
un hombre adulto, ahora te los pone en tus manos para
que te liberes de ti mismo y entres en la madurez del amor.
No temas. Dios está a tu lado. Aprende a interpretar lo
que te digan a la luz de sus enseñanzas y tendrás paz.
PASCUAL BRISEÑO
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