Tus manos
que me han esculpido de esta singular manera para repeler el placer de otras manos. En la plural forma de recibir sin apenas precisar la caricia.
Tus manos. Siempre tus manos... Enormes. Y el mundo que dispongo a tu alcance responde complaciente a los deseos, como si su orden natural fuese gravitar hacia ti para que tú solo entretengas las manos en esta artesana pasión de modelarme
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