Aunque tu disgusto, es justificado, ¿sabes?, no te mentí, el hombre enamorado, deja la razón a un lado, por dejar su corazón latir, verte ahí fue tan inesperado, como el torbellino de sentimientos dentro de mí…
Y supe que tú eras, todo lo profundo y alocado, que podía pedir, tu sonrisa y el sabor de tus labios, tus ojos pequeños y esperanzados, y de tu figura ¡Oh, Dios! que puedo decir…
No, no podías saber, que yo soy ocaso, y tu sol de abril, que siendo yo, de alguien, te pertenezco a ti, ¡que te amo! fui sincero, que de ti me enamoré, no, no te mentí.
Desconozco el autor
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