LA VISITA
-Últimos Versos-
Ha de venir. Vendrá
¿Cuándo?... No se, muy pronto.
Escucho ya su voz remota
y sus pisadas oigo.
Abre la puerta, alma; que no tenga
que llamar. Y que esté dispuesto todo:
apagado el fogón, limpia la casa,
y el blanco cirio de la fe, en el fondo.
Ha de venir. Vendrá. Calladamente
me tomará en sus brazos. Así como
la madre al niño que volvió cansado
de correr bosques y saltar arroyos.
Yo le diré en voz baja: -Bien venida-,
y sin miedo, ni asombro,
me entregaré al misterio
pensaré en Dios y serrare los ojos.
Madrid, 14 de Julio, 1934 Luis G. Urbina.