Fueron angostas las calles
esa mañana que me cubrió de hojas y flores
mientras me devolvías los recuerdos
en el silencio de las escondidas palabras.
Al fondo del alma latían todas las vagas negaciones
y el desconcierto.
¿Es que no era yo el agua?
¿El oropel tiene el mismo brillo de la verdad?
El amor simula caretas
los días se equivocan y juegan al disfraz.
¿Por qué este afán mío de esperarte
en los umbrales
si me matas entre dos luces de madrugada
y me dejas en la playa barrida por el viento?
© Annamaría Barbera L.
|