Al mirarme en el espejo veo tu cara reflejada;
la sal y la humedad aún no se van de mi almohada.
tal vez no crea en Dios ni crea en las hadas
pero ayer yo creí que me amabas.
He olvidado hasta mi nombre de sólo decir el tuyo
pero siempre lo recuerdo con tu voz, con un murmullo,
cuando sale de tu boca como la flor de su capullo;
más tu voz aún no hace mi nombre todo suyo.
Y si mis labios olvidaron la forma de una sonrisa,
fue por ti y porque tú esencia ya no vuela en la brisa.
prende fuego a mi memoria y deja sólo las cenizas,
déjame huir y caer de una cornisa.
Tal vez llegue al infierno, lejos de tu aroma en el viento
y donde el odio es el único sentimiento.
No seré capaz de odiarte y la verdad no lo lamento;
tú me has hecho amarte aunque muera en el intento.
Ayer no creí que me amaras; ayer estaba segura.
Hoy tú me has dado tu calor y tu ternura.
Sé que he iluminado un poco tu vida oscura
y aunque no me ames sé que no caeré en la locura.
Desconozco el autor