*CAER Hace tanto frío, tantos desiertos en un sitio tan ínfimo, caminos llevan a lo más profundo de mi sino. Perdido, recorro aquello que nunca he sido, herido. La mirada, recorre tanto como distancia hay más allá de lo que consigo. Entre silencios, no obtengo, mas que escuchar los gritos que persigo… Rompo paredes, y paredes hasta romper mis esperanzas… romper mis huesos si hiciera falta, gritar de rabia, luego de impotencia… y finalmente de dolor. Tras no poder levantar más, siempre queda un resquicio que te hace volver, ciego, casi sin razón, no sabes donde está la causa, que provoca tu efecto… altas consecuencias, pero por desgracia no duermo, y muero, cada vez más que vosotros descansáis. Me persigo en sueños, persigo, mis propios sueños, tanto que al despertar no sé qué es ya la realidad y cual la pesadilla o el sueño con el que tengo que lidiar. A veces, te sientes tan cansado que desearías poder dejar todo y dejarte llevar… pero nunca fui de esos, donde el río los deja junto al mar y sus lágrimas se hacen igual que las demás. Prefiero que mi agua quede en la tierra, deje paso a vida nueva, y no sea un baño de lágrimas que nada más sirve para quejar. Voy a subir, tan alto que no pueda sobrevivir, voy a sentir, tan cerca el calor del sol que cuando muera, no voy a notar la diferencia con tu cielo. Mi espejo es mi reflejo, mi reflejo es lo que veo, y perfectamente reconozco cada vez que mi mirada busca el más mínimo error con lo que soy fuera de ese mundo lleno de soledad. ¿De que sirve mi vida, al final de tu camino? ¿Que es de mi camino, si al final queda en el olvido? Este mundo está vacío de curiosidad… |