Como anhelo que en tus sueños yo aparezca, a tu lado y de la mano me tengas tomado.
Yo no sueño dormido, por ti sueño despierto; ya que me arrebatas el sueño, y mientras trata de invadirme poco a poco, no concibo otro pensamiento que el de mis pasos siguiendo los tuyos. En el frío de la noche sólo las estrellas me acompañan, mientras también te vigilan, para que así sigas durmiendo tranquila.
Se pasa la noche, comienza el día, y yo sigo mirando el alba día con día, creyéndote mía, oh, ¡qué ilusión tan más linda! Te pienso a distancia sin que tú te des cuenta, mientras sueñas con bellos paisajes de rosas y esencias que casi asemejan la belleza que hay en ti.
Te aferras a tu almohada, al igual que yo me aferro a un absurdo sueño; el de tenerte aquí a mi lado. ¡Qué desgracia la mía! ¡Cuántas estrellas en el cielo, todas brillando para ti! y tú sin darte cuenta... que muero ya por ti.
Desconozco el autor
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