Muchas veces las personas me piden consejos acerca de situaciones en las que sus amigos o familiares no están de acuerdo con tal o cual situación. Y yo les pregunto: ¿qué te dice tu corazón?
¿Por qué tenemos que vivir del qué dirán de las personas? Preocupémonos por lo que tengamos nosotros que decir, y lo que tenga que decir la otra persona involucrada.
En una oportunidad me acuerdo que mi madre me señaló que no le gustaba una muchacha con la cual estaba saliendo. Y eso de alguna manera influyó en que no me sintiera a gusto en la relación. Y años después, aún nos seguimos viendo, y seguimos siendo amigos, pero nunca deja de recordarme el cómo fui el responsable (lo cual acepto) de que la relación haya terminado. Dejando dicho que es una excelente compañera y amiga.
Y a la final mi madre no iba a vivir con ella. Iba a ser yo.
Un joven a quien la esposa le fue infiel se me acercó para plantearme su dilema. Tanto su familia como la de ella estaban al tanto del desliz de ella, así como algunos amigos cercanos. Y cuando le pregunto a él qué siente acerca del asunto, pues me dice que la ama con todo su corazón. Y que ella se dio cuenta de su error y que está dispuesta a comenzar de nuevo. Y que le ama con todo su corazón.
Pero les aterra el saber que sus familias podrían no estar de acuerdo con esa segunda oportunidad.
¿Y quién va a vivir con ella? Pues él! ¿Y quién va a vivir con él? Pues ella!
Hay momentos en que hay que pensar con la cabeza, pero cuando hay amor de verdad, es preciso pensar con el corazón, y escuchar lo que él tiene que decir.