Quién alguna vez, no se ha sentido vulnerable
reforzando las debilidades detrás de nuestro fuerte
pensamos que nada podía quitarnos la intimidad
hasta alguna ocasión en que quedamos desprotegidos.
Sin advertirlo, una profunda sensación que nos desviste,
nos arrebata sorpresivamente aquello que nos protege
Quién alguna vez, no experimentó sus inseguridades
conociendo mas a sí mismo, las situaciones que conllevan,
tejiendo en nuestra mente lo que el corazón no se atreve
con el juicio desvalido para discernir entre la verdad y la ilusión
en un terreno irregular donde la debilidad se adueña de nosotros
Quién alguna vez, no ha vivido fuertes emociones
situaciones que sabíamos conocidas, pero que ahora nos derrotan
esa condición que se renueva dejando vacíos y baches
llenando algunos viejos, con ansiedades nuevas
restando ladrillos en la pared en que confiamos nos resguarde
Quién alguna vez, no se hizo preso de sus temores
con culpas cargadas pero ajenas a nosotros
se adhieren a nuestro ser, adoptándonos como su dueño
luchando por aceptar que tenemos que vivir con ella,
sin merecer la pena que lleva a cuestas, y que nos pesa
Quién alguna vez, no quiso dejarlo todo y empezar de nuevo
una oportunidad para construir otro castillo menos vulnerable
la medida equilibrada de esa nuestra casa, en la que habitáramos,
la cuota justa de elementos que nos libre de pesares y fantasmas.
Alguna vez lo he pensado, el castillo de hoy es lo que cuenta
el otro, sería una foto de nuestro pasado.