A continuación te relataremos una leyenda muy antigua, corta y concisa, la cual sigue en el recuerdo de miles de colombianos hoy en día. La misma se titula El muerto que confeso y ocurrió a mediados del siglo XVII.
Un joven cura que comenzaba sus servicios en una comunidad de Venezuela, estaba a punto de cerrar la iglesia para dirigirse a su hogar con algunos de sus compañeros de misa y descansar por el largo día de trabajo. Mientras cerraba, se apareció un hombre con el rostro repleto de tierra, aunque con un traje muy elegante y su apariencia física era como la de una persona normal.
Aquel personaje rogaba por algunos minutos del joven cura para confesar sus pecados y debido a su insistencia, el cura acepto y dejo a sus compañeros en la sala de espera hasta que termine la confesión. Ya habían pasado 45 minutos y el cura no salía de la confesión, y cuando sus compañeros decidían si entrar o no a buscarlo, aquel joven salio corriendo de la habitación, la cerró y les pidió a sus compañeros que abandonasen la iglesia.
Al llegar a la casa totalmente sudados, el cura les confeso que ese señor era un muerto que revivió para confesar sus pecados y debido a la confesión, quedo sordo del oído izquierdo por a todo lo que había escuchado.