El sonido ensordecedor de un relámpago anuncia la llegada de la noche, se comienza a escuchar el canto agudo de los cuervos a la oscuridad. Los cielos se tornan de un negro agudo jamás antes visto y a la vez un enceguecedor relámpago rojo azota violentamente el suelo haciéndolo crujir y agrietarse.
Desde las profundidades del pavimento comienza a salir la lava ardiente junto con miles de demonios de figuras espectrales acechantes armados con dagas y tridentes con sed de sangre y muerte una sinfónica conformada por mil ángeles negros entonan su música fúnebre creando un ambiente de maldición y depresión acompañados con los gritos y llantos de las personas asustadas los cuales les sirven de coro a aquella melodía siniestra.
La luna comienza a tornarse roja a medida que los lobos lanzan sus aullidos hacia ella, los ecos de la muerte comienzan a invadir el ambiente poco a poco, las personas comienzan a caer al suelo sus vidas han sido apagadas y los demonios comienzan a celebrar su guerra ya ganada. Del cielo comienza a caer un diluvio de agua con un sabor agrio, son las lagrimas de millones de ángeles, vírgenes y santos los cuales lloran con impotencia la desgracia que está ocurriendo en el mundo esta vez los rezos y Dios no sirvieron de mucho, el daño ya estaba hecho y los demonios danzaban victoriosos sobre las personas muertas y agonizantes aclamando la aparición de su maestro.
Pocos humanos sobrevivieron a los hechos, pero el recuerdo de ese día jamás será borrado de sus mentes, el día de los relámpagos rojos y la lluvia de lágrimas… el día que el infierno subió a la tierra.