cuando se tienen las alas rotas;
cuando las heridas del alma sangran
y las esperanzas son remotas.
No es fácil... desplegar una sonrisa
cuando por dentro nos inunda el llanto;
cuando las pisadas por la senda se deslizan,
cubriéndonos de lodo como espeso manto.
Quizás sea fácil!... tirar por la borda
las esquirlas que nos punzan;
vaciar del cántaro, el agua sucia
y llenarlo de nuevo con el agua pura
para calmar la sed... esa sed infinita de ternura
que clamamos a los cuatro vientos.
Quizás sea fácil!... cambiar por alabanzas
las angustias y amarguras que llevamos muy adentro.
©Rosario Arias