Que paz y armonía encuentro en tus brazos, es como nadar en un mar en calma que impide que las olas me lleven a un universo indeseable. Que ansias que tengo bebé que me duermas en tu reino. Que acaricies cada parte erógena de mi cuerpo en cada noche iluminada en tu altar que ganas tengo de ser sólo tuya ahora y en la eternidad, de mecerme en tus sueños de roble y cantar algún amanecer que ganas de escribir nuestro destino en el mismo libro, sin final.
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