Nadie alcanza la meta con un solo intento, ni perfecciona la vida con una sola recticación.
Nadie camina la vida sin haber pisado en falso muchas veces...
Nadie siente el amor sin probar sus lágrimas, ni recoge rosas sin sentir sus espinas.
Nadie llega a la otra orilla sin haber ido haciendo puentes para pasar.
Nadie consigue su ideal sin haber pensado muchas veces que perseguía un imposible. Nadie reconoce la oportunidad hasta que ésta pasa por su lado y la deja ir.
Pero nadie deja de llegar, cuando se tiene la claridad de un don, el crecimiento de su voluntad, la abundancia de la vida, el poder para realizarse y el impulso de Dios. Nadie deja de arder con fuego dentro.
Nadie deja de llegar cuando de verdad se lo propone.
Si sacas todo lo que tienes y estás con Dios...
¡Vas a llegar! Sé tú mismo el cambio que quieres ver en el mundo.
Gandhi
|