SÓLO QUEDA LO QUE DAMOS
Sólo nos acariciará, el amor que prodigamos.
Sólo nos alegrará, la sonrisa que regalamos.
Sólo nos desalterará, el agua que juntos bebimos.
Sólo nos alimentará, el pan que compartimos.
Sólo nos cubrirá, el vestido con que al projimo arropamos.
Sólo nos consolará, la palabra con que reconfortamos.
Sólo nos guiará, la verdad que proclamamos.
Sólo nos sanará, el consuelo del enfermo que visitamos.
Sólo nos descansará, el cansancio del peregrino
que hospedamos.
Sólo nos liberará, la vida nueva de aquel preso liberado
de la esclavitud del materialismo y de la superficialidad.
Sólo nos dará paz, la ofensa que perdonamos.
Sólo hará renacer la esperanza,
la mirada que al cielo dirigimos
y las manos y brazos con que abrazamos.
Sólo nos conducirá a la vida, la confianza que en el Padre depositamos.
Así, la humilde solidaridad de cada día,
como la flor que en silencio entrega su perfume,
construye fraternidad y enriquece nuestras vidas.