Esta esencia en nosotros es la que conoce nuestra totalidad
o nuestra santidad.
Pero como un amigo fiel,
no llegará a donde no se ha le ha invitado.
Por lo tanto,
vamos a comenzar nuestras fiestas navideñas abriéndole
la puerta a este invitado tan especial.
No temamos abrirle la puerta y recibámosle sin expectativas.
El sabrá orientarnos,
sin equivocarse y nos traerá regalos
que no podremos encontrar en ningún lugar del mundo.
|