LA LLAMA DE LA ESPERANZA
Cuatro Velas se estaban consumiendo tranquilamente...
El ambiente estaba tan silencioso, que se podía oír el diálogo entre ellas.
La primera dice:
- ¡Yo soy la Paz!
A pesar de mi luz, las personas no consiguen mantenerme encendida.
Y disminuyendo su llama, se apagó totalmente.
La segunda dice:
- ¡Yo me llamo Fe! Infelizmente, soy superflua para las personas.
Porque ellas no quieren saber de Dios, por eso no tiene sentido continuar quemándome.
Al terminar sus palabras, un viento se abatió sobre ella y ésta se apagó.
En voz baja y triste, la tercera vela se manifestó:
- ¡Yo soy el Amor!
No tengo más fuerzas que quemar.
Las personas me dejan de lado, porque sólo consiguen manifestarme para ellas mismas; se olvidan hasta de aquéllos que están a su alrededor.
Y también se apagó.
De repente entró una niña, y vio las tres velas apagadas.
- ¿Qué es esto? Ustedes deben estar encendidas, y consumirse hasta el final.
Entonces la cuarta vela habló:
- No tengas miedo, niña, en cuanto yo esté encendida, podemos encender las otras
velas.
Entonces la niña tomó la vela de la Esperanza, y encendió nuevamente las que estaban apagadas.
¡Que la llama de la Esperanza nunca se apague dentro de nosotros!
*****************
(Parábolas de nuestro tiempo)