PAUSAS...
Vicente Herrera Márquez
Un día estaba escribiendo una historia que pretendía ser cuento, escribía, borraba, escribía, volvía a borrar. Poco a poco creé los personajes, inventé una situación, pensé en el nudo de la historia y la trama se iba armando. En un momento en que estaba escribiendo sin parar de repente mi mente quedo en blanco y no pude seguir el hilo de lo que tan fácilmente en mi mente había escrito en borrador. Pensé, lo mejor es hacer una pausa y ordenar las ideas. Aproveché de comer y beber algo, mi cuerpo lo estaba pidiendo, llevaba horas en el computador. Después de un buen rato en pausa volví a sentarme ante el teclado y las ideas fluyeron nuevamente y sin parar en muy poco tiempo logre terminar el cuento que según mi criterio era fenomenal, punto final y dejarlo para después con calma hacer las correcciones. Moraleja, el haber hecho una pausa fue lo mejor que se me ocurrió, dio muy buen resultado.
Otro día estaba en una situación similar frente al teclado, escribía y escribía sin parar y de repente otra vez la mente se negaba darle continuidad a lo pensado. Era un trabajo que me había propuesto terminar ese mismo día pues era un cuento que escribía para un concurso que cerraba su plazo de entrega al día siguiente. No quise suspender y me devanaba los sesos para reencontrar el hilo de la trama perdido. Iba, volvía iba de nuevo y otra vez volvía. Releía lo escrito buscando donde había quedado entrampado y nada. Ya desesperado me acorde de esa otra vez en que me había sucedido lo mismo y decidí tranquilamente hacer una pausa y después sin contratiempos pude terminar la historia. Entonces decidí hacer lo mismo, y puse todo en pausa, computador, teclado, dedos y mente y a dejar pasar unas horas para retomar y continuar con esa linda historia que escribía con la mente puesta en ganar el concurso. Me puse a leer un diario y a tomar un trago. Me dio sueño y dormí un rato. Cuando desperté con bríos e ideas renovadas me dispuse a seguir con la historia. Me senté frente a mi amigo computador y a recomenzar, salir de pausa de todo lo pausado y a escribir. Salí de pausa y no encontré por ninguna parte lo ya escrito, busqué, rebusque, alegué, grite, maldije y nada, todo había desaparecido. Moraleja. No dejar nunca en pausa la historia que se esta escribiendo para ganar un concurso.
Todo esto lo cuento a raíz de haber escuchado la conversación de dos enamorados en la que ella decía que dejaran la historia de su amor un tiempo en pausa. Me pregunto como será una pausa en una historia de amor verdadera. Y también me pregunto si se podrá retomar o se perderá todo lo escrito, lo hablado, los besos, las caricias y las promesas de amor dichas por cientos de veces…. ¿Podrá hacerse una pausa en el amor?
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