Sabio es el tiempo, siempre decía unos de mis mejores profesores.
Considero que unas de las mayores pruebas para la amistad es el tiempo, solo aquellas verdaderas amistades son las que no miran esa palabra.
Otra buena prueba es la distancia, y es que una verdadera amistad no le importa la distancia. Es asombroso notar como amigos desde hace mucho tiempo atrás que ya no se ven por situaciones de la vida, al juntarse tan solo para tomar un café se ponen al día y ocurre como si la distancia o la lejanía no hubiese cambiado nada ellos, siguen siendo los buenos amigos que siempre han sido.
Por eso, el tiempo y la distancia ayudan a distinguir entre las verdaderas amistades y los conocidos, entre los que realmente estarán allí para ti a toda costa, incluso para llamarte en la distancia y darte palabra de aliento, y los que no.
Recuérdalo: no todo el que te dice “amigo” lo es...
Recuérdalo: no todo el que te dice “amigo” lo es...