Quiéreme y te querré solo a ti.
Quiéreme sin pensarlo,
cuando el viento anuncie la lluvia
que huele a nosotros.
Quiéreme cuando te mire
y cuando seas tú
quien me esté mirando.
Quiéreme, quiéreme
y yo te querré a ti
cuando te lleve de la mano;
y te querré sin sentido y sin tiempo,
sin modo conocido,
sin parada y sin espacio.
Quiéreme cuando descanse a tu lado
y quiéreme si no despierto;
o si te extraño entonces
y te llamo en sueños…
Yo te querré siempre si así lo pides,
y en el momento que quieras o me quieras.
Así, te querré así.
Así te entregaré el secreto de mis ojos
y te besaré simplemente así…
Cuando el invierno llegue
y la nieve cubra ya el tejado;
y la niebla ocupe la casa de mi memoria,
las manos se nos agrieten
y la sonrisa se nos esconda entre arrugas,
quiéreme;
pues yo quiero quererte a ti.