Decálogo del esfuerzo
- El esfuerzo siempre tiene su recompensa, el es cosa de valientes, de aquellos que no tienen miedo al fracaso, sino que lo ven como una oportunidad para levantarse y aprender de la experiencia para continuar adelante hasta lograr lo soñado. Esta es su recompensa.
- El esfuerzo nos permite entender que siempre se puede dar un paso más, que no somos de los que se quedan en el camino, de los que vence el cansancio, que al final del arco iris siempre hay un tesoro que encontrar y que allí nos esta esperando. Esta es su recompensa.
- El esfuerzo no nos deja ver puertas cerradas, nos permite ver puertas por abrir. Que por cada puerta que se cierra otras tantas se abrirán para encontrar lo que buscamos. Esta es su recompensa.
- El esfuerzo nos enseña a ver los problemas como: asuntos por resolver. Asuntos que al ser solucionados, nos permitirán avanzar al logro de nuestro objetivo. Esta es su recompensa.
- El esfuerzo nos hace sordos a las voces del fracaso y ciegos a las nubes negras que auguran una tempestad. Solo nos permite escuchar que si lo lograremos, que solo falta un poco mas, y nos permite visualizar no el monte por escalar sino, la satisfacción y alegría de estar en la cima. Esta es su recompensa.
- El esfuerzo nos permite conquistar donde otros fracasaron, nos autoriza a sentir en carne propia el significado de las palabras de Jesucristo: “al que cree todo le es posible”. El esfuerzo nos aprueba para ser ganadores. Esta es su recompensa.
- El esfuerzo nos dice que siempre podremos lograr nuestros sueños, pero para lograrlos, tenemos que aprender a tener nuestros ojos bien abiertos. Esta es su recompensa.
- El esfuerzo siempre será aquella acción indetenible, que alcanzara resultados y coronara nuestra vida con el excito. Aquella acción que no cree en el desanimo sino, en el volver a empezar. Esta es su recompensa.
- El esfuerzo no es simplemente una opción, es una decisión que deben tomar todos aquellos que desean otorgarse el triunfo, que por muy pequeño que sea para otros, siempre será su triunfo. Esta es su recompensa.
- El esfuerzo nos permitirá cumplir con el mandamiento y apropiarnos de la promesa de Dios que dice:” mira que te mando a que te esfuerces y seas valiente; ¡no tengas miedo ni te desanimes! porque el Señor tu Dios te acompañara dondequiera que vayas
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