INFIEL (Soneto clásico)
Le sorprendí besando a mi vecina, y verlo así, cáusame gran tristeza, presenciaron mis ojos con fiereza ¡Aquellos mojigatos en la esquina!
Me escondí presurosa de la endina con un fuerte dolor en la cabeza azotando el portal sin sutileza: pínchame con dureza, infame espina
Rodaron por el piso mis pasiones como si este dolor, ya me perdiera; cortando sin virtud mis ilusiones.
Me vestiré de nuevas sensaciones para dejar de amar, a una quimera y para los infieles... BENDICIONES.
L. Manrique
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