Un alma rota ,
sin la nula superficialidad pero con sonrisas
Mis palabras y mi sonata,
como claro de aquella nube
en la cual me vislumbro una
imagen de todo lo que ya había
y está perdido,
y he llegado a la conclusión de
que siempre he estado perdida
en una batalla en la que mi corazón de nuevo ha muerto.
En aquellas baldosas cristalinas de
aquel canonicato donde estaba seguro
de aquellas pisadas inciertas
de un mundo extraño, pero
de nuevo sin querer,
brotan lentamente gotas de sangre.
Sin decir nada, tan solo se queda
en el silencio de la sombra
de aquella doncella, donde el tiempo quería que ella
descansara y tomara aquel
viento frio que le quemaba
cada parte de su cuerpo
hasta dejarla sin aliento.
Pero con su alma en aquel
libertinaje que ella tanto buscaba,
cerrando los ojos y donde cada segundo,
ella moría por dentro y nadie notaba nada,
ni su existencia, con tan solo no
poseer esa dicha superficialidad máxima
o donde la propia descendencia viene muy pronto.
En los sueños de aquella doncella,
sin tener el oro mega fino o el boleto
VIP a la habladuría de esa historia o navegante,
en aquel sueño me enseñó a apreciar más
la muerte de aquel jardín en distintas dimensiones,
del dulce sueño y de aquel odio que tanto se renombra,
en aquel error, en la expresividad de sentires tan naturales.