Las mujeres de mi generación son las mejores. Y punto. Hoy tienen cuarenta y pico,
y son bellas, muy bellas, pero también serenas, comprensivas, sensatas y, sobre todo, endiabladamente seductoras, esto a pesar de sus incipientes patas de gallo o
de esa afectuosa celulitis que capitanea sus muslos, pero que las hace tan humanas,
tan reales…
Hermosamente reales.
Sharon Stone con 48 años.
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