Nunca me he sentido una mujer luchadora en ningún sentido. He sido una mujer rebelde eso sí, pero he carecido del empuje necesario para reivindicar el más mínimo derecho. Me he limitado a ver, a llorar y a huir, por la vía que tocaba en cada momento, de la realidad carente de sentido que me rodeaba.
No sé si será cierto como predica el Hoponopono y tantos otros caminos espirituales, que yo misma he creado la realidad que me rodea. Pero reconozco mi falta de creatividad, de fantasía e imaginacion para tal espectáculo.
Sí así fuera, y mi inconsciente funcionara a tan bajo nivel. Pido PERDÓNpublicamente por el segregacionismo, por la esclavitud, por la sumisión, por las interpretaciones erroneas de los libros llamados erroneamente sagrados, por la falta de sensibilidad, por el ansia de poder, por la tortura, por la pereza, por la avaricia.
Pido PERDÓN por las guerras, por las plagas, por las enfermedades, por los accidentes, por los terremotos, por las ventiscas, por las inundaciones, por las tormentas.
Pido PERDÓN por los celos, por la soberbia, por los ladrones, por los asesinos, por los desvalidos, por los desheredados.
Pido PERDÓN por la ira, por el dolor, por las negligencias, por los abusos, por los abandonos, por el maltrato, por la tristeza, por la soledad, por la angustia, por la ansiedad. Pido PERDÓN por el hambre, por la lujuria, por la arrogancia, por el despilfarro, por la imbecilidad.
Pido PERDÓN por la intolerancia, por el exterminio, por la ignorancia, por la vanidad, por el control, por la
dependencia.
Pido PERDÓN por todo lo que ven mis ojos, por todo lo que escuchan mis oidos, por todo lo que habla mi garganta, por todo lo que escriben mis manos, por todos los pensamientos perturbadores de mi cerebro, por todo lo que fluya de mi que no sea absolutamente perfecto.
Pido PERDÓN por la VIDA y pido PERDÓN por la MUERTE.