Respuesta a un "amigo"
Acabáramos, después de todo no era amistad lo que buscabas.
Hombre al fin (que me perdonen los hombres de una pieza), tras esa máscara que dices usar, tus expectativas adquirían una mayor complejidad; iban más allá de un gracioso flirteo dialéctico estimulante y sano, enriquecedor para ambos.
Sé honesto, reconoce que la pérdida de interés por tu parte se debe a la decepción. Ya lo he vivido antes, y no me he rasgado las vestiduras, soy fuerte pese a todo.
No me arrepiento de nada, doy por bien empleado mi tiempo en el aprendizaje de una valiosísima y disuasiva lección: desconfiar de las bellas palabras de lobos camuflados. Estos tipos, se asemejan a los cangrejos; se parapetan tras un caparazón que no es suyo, que en realidad es inseguridad flagrante combinada estratégicamente con el despreciable victimismo.
Quería, no; necesitaba, equivocarme contigo, espantar la desconfianza que a veces me atenazaba. Esa otra voz que me acompaña siempre, mucho más perspicaz e inquisitoria que yo; no dejaba de incordiar alertándome, a regañadientes he de darle la razón.
Pero mira, como mínimo, te puedes autoimponer la medalla al mérito de ser la última persona que me ha defraudado. Eso sí, tal harás, tal hallarás (por no decir algo más soez que no es mi estilo).
Es irónica la manera que tienes de 'redimirte'; exonerándote de toda responsabilidad en lo sucedido, y volcándola toda sobre mí. Como si yo te hubiese tendido una red y atrapado en ella, cual viuda negra taimada.
Sueles aludir como excusándote de tus desvaríos, a una frase manida y recurrente: si pasa esto o aquello, es por algo. Bien, ahora yo le doy la vuelta y te digo: si algo no sucede, por algo es.
Airados, lanzan a mi cara los defectos,
se olvidan de los suyos por completo.
Pasan de largo cuando atisban un espejo,
desvían hacia mí la dirección del péndulo.
***
Hay osados que lo hacen en verso,
aquí digo basta, y sin más remedio
que a la ocasión viene a cuento,
a Pedro Almodóvar, guiño y parafraseo:
"¿Qué he hecho yo para merecer esto?",
¿ qué desmán, qué deleznable tropiezo?.
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Los desaires con humor, son más llevaderos.
los días plomizos, son menos negros.
Lola María A. Correa