Hasta la arena gruesa y húmeda parece más suave
los rayos rayan las costas en la hora del recuerdo
y en las rocas que miran al océano se posa el viento
y allá a lo lejos el sol de julio se va escondiendo.
Como una canción de marinos tantas veces repetida
escucho tu voz recitando versos allá en la lejana plaza
sin huracanes ni vendavales de angustia que lastiman
sin cumbres desiertas, sin rasgada seda que no cura
Se va durmiendo la tarde en este paisaje blanco
se unen los pedazos que el huracán de tiempo deshizo
y los grises esquinados se evaporan en los verdes
cuantas verdades conquistan a este pueblo
y esta vida de abrazos y fuegos que protegen
el misterio de los besos cuando la noche calla.
Carlos Brid
Argentina
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