Vale la pena comenzar a verse, buscarse y encontrarse, hacer contacto con las cosas que nos importan, y sentir que es tiempo de decisiones.
Vale la pena, sentir que la vida deja de ser lucha y esfuerzo para transformarse en oportunidad y cambio.
Vale la pena, sentir que tiene sentido ir en busca de mis sueños, crear un cuento nuevo sin mirar de reojo el de los demás.
Vale la pena transgredir la propia historia, desafiar los pronósticos y sacarle brillo a los años.
Vale la pena, priorizarse, quererse, sentirse bien sin sentirse egoísta.
Vale la pena vivir más liviano y despeinarse un poco, inventándose a pesar de todo, un día perfecto.
Vale la pena divertirse con los desafíos y alegrarse el corazón.
Vale la pena buscarse gente aliada, de esas que abrazan fuerte y miran de frente.
Vale la pena perdonarse, darse la oportunidad de empezar sin cargas ni culpas.
Vale la pena descubrirse y elegirse, ser el director de tu orquesta tocando la música que te llegue al alma.
Vale la pena tener un proyecto que te refleje y donde puedas mirarte.
No te quedes con las ganas... vale la pena.
Vale la pena, creeme, animarse a ser quien uno quiere ser.