Abrir el corazón es un acto de generosidad, un ejercicio de honestidad con nuestro ser interior, deseoso de dar lo mejor de sí.
Abrir el corazón es apuntar a lo más sublime de cada ser, reconociendo en los demás aquello que también está en nosotros.
Abrir el corazón es ser sinceros por encima de todos los engaños que nos hacen aparentar ser fríos e invulnerables.
Abrir el corazón es amar incondicionalmente la vida y a los demás, por encima de las dificultades.
Abrir el corazón es sembrar la semilla selecta que hemos guardado para el mejor momento: AHORA
Abrir el corazón es no preguntar por qué, y dar sin pedir explicaciones.
Abrir el corazón es llevar ese río de néctar para poder saciar la sed de cuantos seres habitan este reino de existencia.
Abrir el corazón es tocar a cada ser como a las delicadas alas de una mariposa.
Abre tú el corazón, porque ese es el mejor maestro, el que puede hacerte llegar al conocimiento más profundo.... ¡Qué siga lloviendo en nuestros corazones, para que nuestro jardín se inunde de flores y amor!