“Todos nacemos con pequeñas luces dentro que están
esperando el momento para ser encendidas o apagadas.
Cuando algo triste nos pasa, una luz se apaga.
Y cuando nos sucede algo bueno, otra luz se enciende”.
A menudo, como todo ser humano, nos preocupamos
por problemas tan mínimos, por molestias tan
insignificantes, que no somos capaces de ver que cada
acontecimiento en nuestras vidas ya sea importante
o irrelevante sucede por alguna razón en especial.
En el momento de angustia o éxtasis de alegría nos
cegamos por completo viendo sólo lo que sucede
en el momento y sorpresivamente, ¡está bien dejarse
llevar por las pasiones! Es un sentimiento pleno sentir
cada emoción por completo, sin preguntas ni complicaciones.
Llorar vaciando la inundación que nos ahoga,
reír dejando cuerpo y alma en aquel acto lleno de felicidad,
enojarse hasta el límite, amar cada parte de la otra persona,
sentir miedo, ansiedad, diversión.
Pero ¿qué hay de las pequeñas luces? Aquellas que
fueron colocadas en nuestro interior una por una,
especiales y únicas para cada persona. “Todos nacemos
con pequeñas luces dentro, que están esperando
el momento justo para ser encendidas o apagadas.
Cuando algo malo o triste nos sucede, una luz se apaga.
Y cuando nos sucede algo bueno o motivador, otra luz
se enciende. Así es constantemente”.
Y de eso se trata la vida. Las luces pueden encenderse
o desvanecerse, pero siempre están ahí esperando
para guiarnos el camino, está en uno mismo tratar
de seguirlas o no. En el amor sucede lo mismo.
Las luces nos conducen a la persona correcta o
incorrecta, si es correcta ¡bienvenida sea! ¿qué mejor
que mantener todas tus luces encendidas aunque sea
un ratito con un beso o una palabra bonita?, y si la
persona es incorrecta no hay otra que desconectar
las luces un momento y dejarlas enfriarse.
Lo que es verdaderamente cierto, es que estas luces
además de ser buenas guías también son inteligentes,
y todos los caminos, todas las personas y las situaciones
nos dejan algo en nuestras vidas y en nuestras historias.
Y… si encuentras a alguien que te ame, incluso con
tus luces apagadas, entonces encontraste a la
persona correcta.
Julieta Fernández
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