Solitario en mi paseo de la tarde,
siendo del frio otoño los últimos dias
Quiso la suerte que presenciase, de una pequeña hoja
Sus últimos momentos y agonía.
Estaba derrotada, sólo que pobre, aún no lo sabía
Y al árbol se aferraba con terca gallardía.
Habían quedado atrás los buenos días....
No consigo entenderlo! se decía...
¿En que me eh convertido? ¿Que fue de mis verdes días?
Y mirando a lo alto, le reclamaba al árbol que de ella se desprendía
Un gesto... una palabra...
que explicase al menos, aquella decisión que no entendía.
El viento sin piedad la balanceaba y en ásperos susurros le decía:
¿Por que tan tercamente te aferras hija mía?
¿Es que acaso no sabes que el fin de toda vida, es yacer en el suelo, al final de sus días?
Mezclarse con la tierra, perder su lozanía...
Haciendo oídos sordos, aferrada a la rama, la pequeña hoja resistía.
Cayó aún más el sol, la bruma la envolvía
Y quiso la fortuna, que un rayo de sol la tocase, cual si fuera elegida.
Y vio con alegría...como su cuerpo...
con mil puntos de luz, cual fuego se encendía...
Habiendo recibido del astro la caricia,
sintiéndose conforme, sabiéndose cumplida
intacto su dolor, la conciencia tranquila..
Abrió por fin sus brazos y aceptó la caída...
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