No le pidas a tus hijos que se esfuercen
por tener una vida extraordinaria,
Semejante esfuerzo puede parecer admirable
pero es una forma de tontería.
En su lugar, ayúdalos a encontrar el asombro
y la maravilla en la vida ordinaria.
Enséñales a disfrutar de saborear
tomates, manzanas y peras.
Enséñales cómo llorar cuando
las mascotas y las personas mueren.
Muéstrales el infinito placer
en el toque de una mano.
Y haz que lo ordinario cobre vida para ellos.
Lo extraordinario se ocupa por sí mismo.
William Martin.