Amigos, hace días que no escribo, porque tuve un pequeño traspié en … valga la redundancia, mi pie.
Terminé con el pie con un yeso, pero no es para alarmarse no, me lo sacarán pronto, según me dijo el traumatólogo.
Estaba yo en la famosa cinta, (aliada de mi pérdida de peso), y de repente frenó. Hubo corte de luz, y todos los aparatos del gimnasio, eléctricos, obviamente se apagaron.
Allí caí desparramada, y sentí un fortísimo dolor en mi pie…. Gustavo me vio, y corrió en mi ayuda… terminé en la Urgencias de mi sociedad. Me vio el traumatólogo de guardia, y bueno. Aquí estoy. Por eso, -habrán visto- que si bien no he escrito, contesté absolutamente todos y cada uno de los mensajes que recibí. Me interesaría -sobre todo las mujeres que siguen mi blog, y me consta, porque gracias a todas ustedes sigo fiel a mi dieta, con sacrificios sí, -no digo que no-, pero sigo fiel, y me alientan; que se fijen por favor en un comentario en especial. Comentario que, obviamente publiqué- (mirá si no te voy a publicar! sssss), que además de caracterizarse por su acidez, por herir, por no aportar absolutamente nada, el aporte que hace es dejar entrever algún trauma escondido con alguna mujer, que lo ha herido en el pasado.
No sólo me trata de “veterana” cosa que es cierta, sino que sigue con una cantidad de agresividad que no comprendo. Pero digo yo ¡qué necesidad de lastimar así!, si no le interesa el blog, no lo lea mi’jo… Y desquítese con quien debe, no con alguien que cuenta con respeto su vida.
Otra cosa: no lo leyó completamente. Convencido está que estoy desesperada por Gustavo. No entendió nada. En fin.
Queridos todos. Tengo poco tiempito con el yeso, y lo bueno que tengo para contar, es que Gustavo me vino a cuidar, me hizo de comer, hizo mis mandatos, como un buen amigo.
Estoy muy contenta. Con la pierna quietita, pero aprovechando para leer, y sigo esperando sugerencias, porque para diciembre… estaré muy bien, si Dios quiere.
Así que, sigan aconsejándome lugares para irme, me encanta que lo hagan. Yo mientras tanto, espero a Gustavo, que viene al mediodía, y es un tierno total .
Estaré espectante de sus líneas. No olviden que estoy en cama, quieta, y sola.