VÍCTIMAS, VERDUGOS
Es raro el día en que no aparece alguna noticia en la que se ha acusado, en falso, a algún hombre de haber agredido a su pareja. La falsa acusadora queda impune y el acusado ha sufrido injustamente, el rechazo de la sociedad y en ocasiones unos meses de cárcel. A propósito de esta situación, transcribo una carta de una señora dirigida a XL SEMANAL.
¿Cómo es posible que haya mujeres capaces de fingir haber sido agredidas por un hombre? ¿Acaso desconocen que tan miserable acción supone atentar contra aquellas mujeres que realmente han sufrido alguna agresión en su vida? No se me ocurre mayor insulto para quien ha sido agredida y, al mismo tiempo soy incapaz de imaginar mejor arma contra la dignidad humana de aquel que ha sido acusado injustamente con semejante mezquindad. Estas personas fingen ser víctimas y, paradógicamente muchas lo son. Son víctimas de la incultura, de la falta de valores y principios; seres carentes de sentido común cuyos escrúpulos brillan por su ausencia. Son víctimas y verdugos de la verdad, cuya bala disparada en forma de mentira alcanza a menudo a la familia del presunto culpable, que, impotente, contempla la escena y sufre con resignación. Pero el disparo de esta bala no es considerado delito, y el verdugo que lo lanza queda habitualmente impune.
MYRIAM ESTEBAN