¡Qué profundo es mi sueño! ¡Qué profundo y qué claro, qué transparente es, ahora, el universo!... Si pensando en ti, siempre, si, soñado contigo, me desvelo, y te miro por dentro, con mis ojos, si te miro por dentro... veo la oscura entrada de mi vida, tu sorda luz de fuego, y ya no sé si a ti te estoy mirando, o si contemplo el cielo: el último transfondo del poniente, sin nubes y sin velos, más arriba de todas las estrellas, donde está dios, despierto. O el inicial trasfondo de la noche donde estás tú, durmiendo.
Y yo sobre la tierra, oscurecido por tanta luz, yo, ciego, soñando en dios, soñando en ti, soñando lo mucho que te quiero.