En los momentos de ansiedad cuando uno se da cuenta que ya no puede seguir adelante, no tenemos fuerzas y nadie esta a nuestro lado para darnos refugio o consuelo, en ese momento es cuando aprendemos a como superar este obstáculo tan enorme que la palabra vida le queda chica.
Caminaba en el jardín cuando sentí un golpe en la cabeza, levante la mirada y vi un cielo de tierra que se caía, me apresure a entrar a casa donde me vi solo, el suelo se estremecía llovía arena, cerré mis ojos el miedo me consumía y de pronto todo quedo en silencio vi entonces que de toda la ciudad solo quedaba un muro con ventanas y la puerta, yo aferrado a la puerta un tenebroso viento empezó a soplar y vi personas que caminaban sin consuelo buscando refugio y lo único que se me ocurrió fue unirme a ellos. Después de caminar toda la noche llegamos a una colina, donde avía una hermosa casa con muros de cristal pero solo tenia un ambiente, el grupo de personas empezó a entrar para refugiarse del frió que hacia, de pronto empezó a soplar un viento tan helado que los árboles se secaban los pájaros caían como muertos, nos apresuramos a entrar a nuestro único refugio entonces vi que no avía ni un solo adulto todos incluyéndome éramos niños.
Lo que me llamo la atención es que todos apilaban piedras en las ventanas y las puertas y pregunte por que hacían eso y una niña me contesto “El viento pronto soplara fuerte”, y dirigí la mirada hacia el norte y vi que se acercaba un muro de polvo, cuando nos golpeo el viento soplaba tan fuerte me acurruque en un rincón de la habitación el viento seguía y se llevaba con sigo a todos los niños que no podían sujetarse así como llego ese coloso soplido se fue, entonces entendí lo que todos hacían y me dispuse a recoger piedras para fortalecer nuestro refugio de cristal, mientras veía como los niños desafortunados eran arrastrados a lo lejos.
De pronto escuche un grito, era la niña que me respondió me pedía ayuda pues estaba al borde de la colina y lo único que hice fue ver como ella resbalaba y se perdía, estaba tan confundido que no sabia que hacer alguien me tomo del brazo y me dio una piedra para seguir apilándolas a rededor de la casa. Sentí entonces otra vez ese frío tenebroso y supe que el viento avía vuelto corrí a la casa pero esta vez el viento rompió las ventanas destrozo nuestras defensas y arranco la casa con nosotros dentro, me sujete al marco de una ventana y todo era silencio, mientras girábamos por los aires dentro la casa vi a mis compañeros callados solo sujetándose tan fuerte, no gritaban pero sus rostros reflejaban desesperación.
Después de un momento el cielo se aclaro y como si fuésemos una pluma caímos nuestra, casa al caer empezó a rodar por el suelo, el aire era tan puro el poderoso soplido se convirtió en una brisa nuestro refugio quedo enganchado en un árbol enorme y con miedo salimos, el campo era verde y hermoso, a lo lejos vi a un niño que se acercaba en una bicicleta y me sonreía, vi un pueblo donde avía un anciano y muchos pero muchos niños pero no había mas personas adultas que el anciano, ellos caminaban y jugaban en calles que parecían unos surcos de no mucha profundidad.
Me sentí confundido de pronto vi acercarse el inmenso muro de polvo pero esta vez no entraban a las calles si no que pasaban por encima de estas, camine hacia el anciano estaba sentado en una pequeña colina donde avía un árbol, se dio la vuelta para verme y me sorprendí por que de un momento a otro cambio su aspecto y se convirtió en un niño, me tomo de la mano y me mostró una plaza donde estaban todos aquellos niños que avían sido arrastrados, baje corriendo y me di la vuelta para despedirme y vi una luz tan pero tan fuerte y al niño que me sonreía pero esta vez sus ropas eran muy viejas me saludaba con la mano y me despedí. Ya en la plaza encontré a la niña que cayó de la colina y sin que yo le pregunte nada ella me dijo “somos niños envueltos en ropajes viejos”.
Ahora entiendo el mensaje todos estamos aquí solo por que queríamos estar aquí y nunca dejamos de aferrarnos a nuestra casa de cristal, por mas desesperanza y terror ante los vientos que golpean nuestras vidas, aquellos que fueron arrastrados encontraran en algún lugar paz pero nosotros aún no perdimos todo, aun nos queda las ganas y deseos de seguir y seguir así solo seamos unos indefensos niños cuando nos enfrentamos a problemas tan grandes que se nos presentan, por mas piedras que apilemos para protegernos alguna vez siempre seremos derrotados pero lo bueno de caer es que aprendemos a levantarnos, tan simple pero tan complicado que nos convierte en niños ansiosos por recibir ayuda. Por que los que se hicieron arrastrar por el viento desearon ver, que la tristeza y el miedo eran calidos, pero si razonas tus miedos y los afrontas encontraras tu destino, despierta el don de ser tan fuerte como el mar, por más que sientas dolor y tristeza, ten fe y no dejes de pelear
Pues aprendí que es mejor perder luchando, que darse por perdido sin luchar…