Una mujer hermosa no es la más joven, ni la más flaca, ni la que tiene el cutis más terso o el cabello más llamativo, es aquella que con tan sólo una sonrisa y un buen consejo puede alegrarte la vida.
Una mujer valiosa no es aquella que tiene más títulos, ni más cargos académicos, es aquella que sacrifica su sueño por hacer felices a los demás.
Una mujer exquisita no es la más ardiente, sino la que vibra al hacer al amor, solamente con el hombre que ama.
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