El hombre moderno está drogado como nunca antes, porque
está viviendo en un gran sufrimiento. Sin las drogas
sería imposible vivir con tanto sufrimiento. Esas drogas
crean una barrera; te mantienen drogado, no te permiten la
sensibilidad suficiente para reconocer tu pena. La primera
cosa a hacer es cerrar las puertas y detener toda clase de
ocupación: mirar la tele, escuchar la radio, leer un
libro.
Detén todas las ocupaciones, porque eso también es una
droga sutil. Permanece simplemente en silencio,
completamente solo. Ni siquiera ores, porque eso nuevamente
es una droga, empiezas a entretenerte, empiezas a hablar con
Dios, te escapas de ti mismo. Atisha lo dice: simplemente
sé tú mismo. No importa el dolor, no importa el
sufrimiento producido. Ante todo experiméntalo en su total
intensidad. Será difícil, tendrás que entregar el
corazón: Puede que empieces a llorar como un niño, puede
que te revuelques por el suelo por la profundidad de la
pena, tu cuerpo puede tener contorsiones. Puede que te des
cuenta súbitamente de que la pena no sólo está en el
corazón, sino en todo el cuerpo, de que duele por todas
partes, de que es penoso por todas partes, de que todo tu
cuerpo no es otra cosa que dolor. Si lo puedes experimentar-
esto es de tremenda importancia- entonces empieza a
absorberlo.
No lo deseches. Es una energía tan valiosa, no la
deseches. Absórbela, bébetela, acéptala, dale la
bienvenida, siéntete agradecido. Y, puedes decirte: "Esta
vez no voy a esquivarlo, esta vez no voy a rechazarlo, esta
vez no voy a desecharlo. Esta vez me lo beberé y lo
recibiré como a un huésped. Esta vez lo voy a digerir".
Puede que te lleve unos pocos días el ser capaz de
digerirlo, pero el día que esto suceda habrás dado con
una puerta que te llevará realmente muy, muy lejos.
Una nueva jornada ha empezado en tu vida, te estás
desplazando hacia una nueva clase de ser, porque
inmediatamente, en el momento en que aceptas la pena sin
ningún rechazo, su energía y su cualidad cambian. Deja
de ser una pena. En realidad uno se queda sorprendido, no lo
puede creer, es algo tan increíble. Uno no puede creer que
el sufrimiento pueda ser transformado en éxtasis, que la
pena se puede convertir en gozo. Cuando una cosa cualquiera
es total, se transforma en su opuesto.
Éste es un gran secreto que debe recordarse. Cuando algo
es total se cambia a su opuesto, porque no hay forma de
seguir adelante; se ha llegado al final. Observa un viejo
reloj de péndulo. Lo hace una y otra vez: el péndulo va
hacia la izquierda, a la extrema izquierda, y luego hay un
punto que no puede traspasar; entonces empieza a moverse
hacia la derecha. Los opuestos son complementarios. Si
puedes sufrir tu sufrimiento en su totalidad, con gran
intensidad, te quedarás sorprendido. .. No serás capaz
de creértelo cuando sucede la primera vez, que tu propio
sufrimiento absorbido voluntariamente, con aceptación, se
convierta en una gran bendición. La misma energía que se
convierte en odio, se convierte en placer; la misma
energía que se convierte en sufrimiento, se convierte en
bendición".
Osho, extracto de El Libro de la Sabiduría, capítulo 5