Decidí hacer cosas productivas y empecé a estudiar Magia para desarrollar a grandes escalas mi intuición femenina y otros dones, además no soy como la Cenicienta que está esperando un marrano que la saque de pobre, mejor dicho, nunca me ha interesado depender económicamente de nadie. Años después me gradué con honores en la Escuela de Brujas, siendo mí tesis uno de los hechizos más célebres entre los 7 reinos. Poco a poco mi renombre creció tanto que a punta de sortilegios, manzanas “premiadas” y pociones me volví una empresaria exitosa y compré mi propio castillo.