No todo es perfecto pero cuando una mujer se convierte
en madre, cuando despierta a la realidad maternal,
ese día piensa que será feliz para toda la vida.
Una leve sonrisa de nuestro hijo, sus primeros pasos,
un “te quiero mamá”, consiguen que nosotras mujeres
y madres, alcancemos un éxtasis inigualable.
El día que te conviertes en madre naces de nuevo,
convirtiéndote en una persona diferente,
absoluta y completamente feliz.
La maternidad nos aporta la mejor y mayor felicidad
del mundo, pero encontrar nuestro lugar, aunar
lo que éramos antes y somos ahora es fundamental
para completarnos y sentirnos realizadas.
¿Soy feliz?, sí. ¿Soy feliz porque soy madre?.
Soy feliz porque soy madre y porque la maternidad
me ha mostrado un nuevo mundo, donde aprendo cada día.
Mi hijo me ha mejorado como persona y como mujer,
me ha ayudado a crecer.
Cuando me convertí en madre, me di cuenta de que
muchas cosas que yo había considerado importantísimas
hasta entonces, en realidad no lo eran tanto, así que
las fui descartando para quedarme sólo con lo esencial.
Y de pronto pude ver mi verdadero rostro en el espejo,
y me encantó.
Desde que soy madre soy más yo que nunca. Es verdad
que tengo menos tiempo que dedicar a mis pasiones,
pero, paradójicamente, en vez de restarme,
me he multiplicado: soy capaz de disfrutar
mucho más de los escasos momentos que les dedico.
Ser mamá no solo es tener un hijo y seguir con la misma
vida de antes. Ya que tenemos la oportunidad y el privilegio
de concebir una nueva vida, aprovechémosla.
Madres felices, madres convencidas, madres completas,
hagamos de nuestros hijos mejores personas.
Madres felices criando hijos felices.
Acepta que no eres perfecta. Eres humana y tus
hijos te quieren porque eres su mamá no porque eres
perfecta, lo mejor para ellos es que seas
una MADRE FELIZ.
Rossy Rodriguez
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