Arde como si gritara el alma
con la voz de la fragua,
con las venas calientes
de nostalgias.
no le importa nada más
que mostrar al mundo
su sensibilidad...
No quiere ya más ocultar,
se saca el frío
y en valiente desafío
no deja de arder
en su dolor tan sentido,
porque no quiere
fingir su emoción...
El fuego es un fluir
de lo que está vivo,
no quiere destruir
tan sólo pretende
que toleren lo profundo
del duelo
que hay en el corazón...
Es por eso que arde
como si gritara el alma,
con un grito desgarrador,
luego resurge de las cenizas
una nueva forma
del arte y del amor...
Raquel Norma Smerkiin Roitman