Hay un monte con tu nombre que está esperando que te levantes y lo conquistes. El sueño que está en tu corazón fue puesto en ti aún antes de tu concepción y dio a luz el día de tu nacimiento. Tal vez hayan pasado diez, veinte, treinta, cuarenta, sesenta años y recién ahora descubres el propósito de tu vida. Pero eso ahora no importa, estás a tiempo porque tienes vida. Sólo tienes que volverte obsesivo con él, ponerlo delante de ti, caminar con él, y eso te hará ser una persona plena y feliz. Porque cuando sabes qué conquistar, qué lograr, cuál es el monte al que estás llamado, cuál es tu sueño, tu meta, tu visión, el propósito por el que vives, los objetivos que tienes que lograr antes de morirte, sólo entonces, cuando lo tengas en claro, sabrás para qué vives, tendrá sentido levantarse cada mañana, abrir los ojos, caminar en victoria cada momento del día y poner todo tu esfuerzo y tus capacidades para lograrlo. La claridad que tengas de él hará que todo tu potencial salga a la luz. Entonces, caminar en el propósito te dará sentido
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