Deja ir a personas que sólo llegan para compartir quejas,
problemas, historias desastrosas, miedo y juicio de los demás.
Si alguien busca un bote para echar su basura, procura que no sea en tu mente.
Paga tus cuentas a tiempo.
Al mismo tiempo cobra a quién te debe o elige dejarlo ir, si ya es imposible cobrarle.
Cumple tus promesas.
Si no has cumplido, pregúntate por qué tienes resistencia.
Siempre tienes derecho a cambiar de opinión, a disculparte,
a compensar, a re-negociar y a ofrecer otra alternativa hacia una promesa
no cumplida; aunque no como costumbre.
La forma más fácil de evitar el no cumplir con algo que no quieres hacer,
es decir NO desde el principio.
Elimina en lo posible y delega aquellas tareas que no prefieres hacer
y dedica tu tiempo a hacer las que sí disfrutas.
Date permiso para descansar si estás en un momento que lo necesitas
y date permiso para actuar si estás en un momento de oportunidad.
Tira, levanta y organiza, nada te toma más energía que un espacio desordenado
y lleno de cosas del pasado que ya no necesitas.
Da prioridad a tu salud, sin la maquinaria de tu cuerpo trabajando al máximo,
no puedes hacer mucho. Tómate algunos descansos.
Enfrenta las situaciones tóxicas que estás tolerando,
desde rescatar a un amigo o a un familiar,
hasta tolerar acciones negativas de una pareja o un grupo;
toma la acción necesaria.
Acepta. No es resignación, pero nada te hace perder más energía que el resistir
y pelear contra una situación que no puedes cambiar.
Perdona, deja ir una situación que te esté causando dolor,
siempre puedes elegir dejar el dolor del recuerdo.
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