El corazón se abre cuando se rompe.
Si en ese preciso momento,
en lugar de abatirnos y secarnos,
o transformarnos en llamas de desencanto y de ira
nos atrevemos a mirar hacia adentro
seremos capaces de volver a armarlo al instante
porque habremos podido hacer
lo que pocos han logrado
Mantener el alma viva y respirando
para que no se nos muera en nuestras manos.
Alejandra Baldrich
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