Reflexiones de un día de primavera
En la vida se nos ofrecen diversas oportunidades, muchas de ellas al dejarlas pasar, se pierden caminos que pueden llevarte al éxito más algo. Una puerta que se abre es una ventana abierta al conocimiento y a metas que seguramente te enseñen nuevas formas de afrontar la vida. Ya sabemos que para llegar a conseguir algo, no todo son alegrías. Como cuando éramos pequeños, cuantas veces nos caímos antes de aprender a ir sin ruedecillas en la bici...
Pues así todo, vas haciéndote mayor, vas creciendo y primero es en el colegio, más tarde en el instituto, y al hacernos adultos se intensifican: los niños, la casa, el trabajo, la pareja... Todo eso son vivencias, enseñanzas del día a día, que aunque no lo creamos, al levantarnos por las mañanas nos enfrentamos a un nuevo día, una nueva meta, que quién sabe lo que nos espera... ¿Habrá mucho trabajo en la oficina?, ¿Se habrá acordado equis de traerme los apuntes? o ¿Estará bien equis en la guardería?
Son preguntas del día a día. Y por qué no preguntarnos ¿Cómo puedo hacer que mi jefe ría? o Voy a comprarle un regalito a Carlos que se ha portado muy bien. Día a día hay muchos detalles que marcan cada acción que hacemos, aunque en situaciones de estrés no nos damos cuenta de cómo actuamos, simplemente hacemos lo que consideramos oportuno en cada momento de la vida, sin pensar en las consecuencias de las acciones que hacemos, tan sólo actuamos. Pues en esos momentos es cuando tenemos que darle valor a los detalles, porque si estás alterado puede que digas cosas o hagas gestos que molesten a los otros.
Hay que saber que aunque en esos momentos no te encuentres bien, siempre habrá alguien que haga que te sientas especial, que te abra los ojos, que te guíe y que recorra el camino a tu lado. Todo son oportunidades, sólo hay que abrirles la puerta y dejarlas pasar. Después de que sirve arrepentirse, tuviste en tus manos el poder de elegir tu futuro y elegiste no hacer nada. No sirve pensar en Si yo hubiera ido... o Si yo hubiera aceptado el empleo...
Porque ahora estás aquí, ahora tienes enfrente tu presente y tu futuro, y lo que hagas te repercutirá para bien o para mal. Lo mejor es no pensar en el pasado si no es para sonreír y recordar buenos tiempos, si no avanzar en tu camino y ser feliz. Ser feliz ya pueda tratarse por ejemplo de visitar a algún pariente que hacía tiempo que no veías, entablar conversación con el compañero de trabajo, o simplemente sonreír por ver que puedes compartir un nuevo día con todas aquellas personas que te apoyan.
Vive el momento, disfrútalo mientras puedas, no sabes lo que sucederá mañana, tal vez ya no quede nada.
DE LA RED